Los especialistas la definen como una pandemia silenciosa. Su expansión en los últimos años encendió las alarmas del sistema de salud. La tuberculosis avanza sin pausa y golpea con fuerza a los sectores más vulnerables. En los últimos cinco años, se registró un aumento del 65% en los casos, según datos oficiales del Boletín Epidemiológico Nacional (BEN).
La enfermedad, provocada por el bacilo de Koch, se transmite a través del aire por microgotas de saliva, al toser o estornudar. A pesar de que se trata de una afección prevenible y tratable, su diagnóstico suele ser tardío, especialmente en contextos de pobreza, hacinamiento y escaso acceso a la atención médica.
En Tucumán, el sistema de salud refuerza estrategias para contener el avance de esta patología. Entre 2024 y 2025 el aumento de casos fue del 11%. Las cifras preocupan a los equipos sanitarios, que advierten sobre el impacto de múltiples factores que confluyeron en el aumento de contagios, entre ellos, la atención centrada en la pandemia de Covid-19, que postergó diagnósticos y tratamientos.
Aumento
“Muchos pacientes con síntomas respiratorios no consultaron a tiempo, lo que llevó a una subnotificación y un aumento sostenido de casos. Además, hay quienes minimizan los síntomas o interrumpen los tratamientos, lo que mantiene activa la cadena de transmisión”, explicó la doctora Marcela Collante, a cargo del Programa Provincial de Tuberculosis, que funciona en el Hospital Nicolás Avellaneda.
Según detalló la especialista, la enfermedad afecta en un 85% a los pulmones, aunque también puede manifestarse en formas extrapulmonares graves como meningitis, tuberculosis ósea o ganglionar. Los síntomas más comunes son tos persistente por más de 15 días, fiebre vespertina, pérdida de peso, sudoración nocturna y falta de apetito.
En Tucumán, los casos se han mantenido estables respecto al año anterior, pero los equipos médicos insisten en la importancia de la detección precoz, explicó Collante. “Informar sobre los síntomas y lograr que los pacientes consulten de forma temprana en los CAPS, hospitales o centros asistenciales es clave para evitar secuelas graves”, señalo la profesional.
Ministerio de Salud advierte el aumento de casos de tuberculosisTambién remarcó la importancia de la vacunación con BCG en recién nacidos (esta vacuna previene las formas graves de la enfermedad) y el cumplimiento del tratamiento, que suele extenderse durante seis meses. Además, se recomienda estudiar a los contactos estrechos de personas con diagnóstico confirmado, especialmente niños o personas inmunocomprometidas, quienes pueden necesitar quimioprofilaxis.
“La tuberculosis es una enfermedad que podemos erradicar si se realiza una consulta oportuna, se diagnostica correctamente y se cumple con el tratamiento completo”, resumió.
Las cifras
El boletín epidemiológico detalla que, hasta mediados de julio, se notificaron casi 8.000 casos en el país, de los cuales la mayoría fueron nuevos diagnósticos o recaídas. Solo un 5% corresponde a pacientes que habían abandonado el tratamiento. Los adolescentes aparecen como un grupo clave en la cadena de transmisión, con cuadros clínicos cada vez más graves.
Las muertes también aumentaron: en apenas 28 semanas del año pasado, los decesos por tuberculosis llegaron a 1.021, lo que representa cinco personas por día, muy por encima del promedio de 700 anuales que se reportaba en 2019. Las zonas más afectadas son la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, y en el norte, Salta y Jujuy encabezan el listado con los incrementos más altos. Tucumán no está entre las provincias que menos casos tiene, pero tampoco en zona roja por la cantidad de diagnósticos nuevos. Durante 2024, se notificaron 364 casos. Hasta 2022 se registraban entre 200 y 250 pacientes nuevos cada año.
Las causas
¿Por qué crecen los casos? Para el infectólogo Eduardo López, las razones son múltiples: vulnerabilidad social, diagnósticos demorados, condiciones de vida precarias y desnutrición. Además, destaca una tendencia preocupante: los adolescentes llegan tarde a la consulta y con cuadros severos.
Histórica
La tuberculosis es una enfermedad que ha acompañado a la humanidad desde hace siglos y, aunque muchos la creen erradicada, sigue siendo una de las infecciones más letales del mundo. Ya existía 300 años antes de Cristo. Es una patología endémica, presente en todos los continentes.
Tuberculosis: un mal que continúa vigenteEl bacilo de Koch, responsable de esta infección, suele alojarse en los pulmones y se libera al ambiente por medio de la tos o los estornudos. Cuando una persona sana se expone, puede ocurrir que desarrolle la enfermedad, que su sistema inmunológico logre neutralizarla, o que el bacilo permanezca en estado latente durante años, sin síntomas ni contagio. Sin embargo, en determinadas condiciones -como una caída en las defensas- puede reactivarse y volverse activa nuevamente, explica Collante.
Tratamiento
El proceso comienza cuando una persona presenta síntomas respiratorios persistentes. Los principales signos de alerta son tos durante más de 15 días, pérdida de apetito y de peso, fiebre vespertina y sudoración nocturna abundante. Frente a este cuadro, el médico debe solicitar estudios complementarios.
Entre los exámenes diagnósticos más comunes se encuentran la radiografía de tórax y la baciloscopía, que permite detectar el bacilo de Koch, causante de la enfermedad. Para este estudio, el paciente debe recolectar una muestra de esputo (llamada BAR) en un frasco estéril, que luego se analiza en el laboratorio.
Además, se suelen pedir otros estudios de rutina como la serología de VIH, hepatograma y análisis de función renal, para evaluar el estado general del paciente y descartar enfermedades asociadas. En algunos casos, también se indica una tomografía de tórax para una evaluación más precisa.
Una vez confirmado el diagnóstico, se inicia el tratamiento antituberculoso. En las formas convencionales de la enfermedad, este tratamiento dura seis meses, aunque puede extenderse hasta un año en casos avanzados.
Tuberculosis: lejos de ser una enfermedad del pasado“Un desafío importante se presenta cuando el paciente abandona el tratamiento, lo que puede dar lugar a formas de tuberculosis multirresistentes. En estos casos se utilizan medicamentos de segunda línea, con terapias más complejas y prolongadas”, explica Collante.
Pero la tuberculosis no siempre se manifiesta con síntomas. Existe una forma latente de la enfermedad, que ocurre cuando el bacilo entra al organismo y queda contenido por los macrófagos (células defensivas) en los ganglios linfáticos. Esta forma puede permanecer inactiva durante años sin causar síntomas, pero puede activarse cuando bajan las defensas: por estrés, VIH, consumo problemático de alcohol o enfermedades como el cáncer. En esos casos, se pasa de una tuberculosis latente a una tuberculosis activa. Para evitar que la forma latente se convierta en activa, algunos pacientes requieren quimioprofilaxis, una medicación preventiva que impide el desarrollo de la enfermedad.